Actúa a pesar del Miedo

A lo largo de nuestra vida hemos tenido que hacer frente a multitud de situaciones a las que nos daban miedo enfrentarnos, desde pequeños cuando comenzamos a andar y nos daba miedo a caernos y no soltábamos la mano de nuestros padres, o en la universidad cuando nos sentábamos al final de la clase para pasar desapercibidos porque nos daba miedo hablar en público.

Hay miedos aprendidos, que son fruto de miedos generales heredados del entorno en el que vivimos, y hay miedos instintivos, que pueden aparecer en cualquier circunstancia.

Esta emoción, tan natural del ser humano, es un mecanismo de supervivencia que nos permite percibir y estar alerta de los peligros del entorno, aunque paradójicamente, en el mundo moderno de hoy,  el 90% de los peligros percibidos son imaginarios e irreales.

La lista de miedos que podemos tener es larga. El miedo a fracasar, en tu empresa, en la vida, en los estudios. El miedo a que te rechacen en la escuela o tus compañeros de trabajo. El miedo hablar en público ante tus jefes, clientes o proveedores, por ejemplo. El miedo al éxito e incluso el miedo a las críticas.

Seguro que has sufrido algunos de estos miedos en algún momento, y como dice la tenista española Garbiñe Muguruza “si tienes miedo, te arrepientes luego”. De hecho, en la vida solemos arrepentirnos más de las cosas que no hemos intentado por miedo que de las que hayamos afrontado aunque con malos resultados. Si te dejas llevar por el miedo tenderás a evitar todas las situaciones que te resulten incómodas para protegerte en ese instante, pero a cambio, sino enfrentas esas situaciones, nunca crecerás como persona y es probable que pierdas muchas oportunidades.

Por lo tanto, hay que aprender a gestionar los miedos de forma inteligente. ¿Cómo? Cambiando la relación con ellos. El miedo es una emoción que tiene una función positiva, es decir, te alerta de los posibles peligros con la intención de que pienses en cómo prepararte para evitarlos o superarlos. El problema está en nosotros, principalmente por desconocimiento, que no solemos pararnos a pensar en ellos de forma constructiva.

En consecuencia, la mejor forma de gestionar el miedo es parándote a analizarlo, para detectar los peligros, sus consecuencias y probabilidades, y buscar soluciones o medidas preventivas que te ayuden a prepararte. De hecho, una definición de miedo muy útil es “la angustia que sentimos ante la percepción de una amenaza, teniendo en cuenta que una amenaza se convierte en tal cuando no contamos con los recursos o capacidades necesarias para resolver el problema”. Es muy útil gestionar el miedo con un papel por delante, plasmando en él tus pensamientos, pues el poder verlos te ayuda a sacarlos fuera y te permite ser más objetivo.

Por último, ten en cuenta que el miedo nunca desaparecerá, pues su misión de supervivencia es demasiado importante. Gestionarlo te ayudará a reducir el nivel de ansiedad y adquirir mayor confianza para afrontar los desafíos. En consecuencia, hay una máxima que ponen en prácticas las personas de éxito: “a pesar del miedo, actúa”. No dejes que el instinto de supervivencia te frene en la vida. Utilízalo de forma inteligente como consejero para prepararte y transformar el obstáculo en una oportunidad para crecer.

“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.”- Víctor Hugo

Con información de Activatalento